Creo formar parte de esa generación que tenía más o menos la misma edad de Malcolm cuando comenzó a transmitirse el show, y también de esa generación que creció con la TV como parte de la familia. Y no lo digo con despecho, siempre he sospechado de esas teorías paranoicas tipo aguja hipodérmica que hablan de la televisión como uno de los grandes males del mundo post moderno, pues déjenme decirles cuál es verdadero mal: nosotros, porque verán, la TV es un medio, un instrumento sin voluntad y/o conciencia y por ende, el verdadero problema es el contenido basura y el en qué medida contribuimos con él. Yo creo en lo que me dijo una vez uno de mis profes, que la estupidez es un modo de habitar y por ende, está en nosotros y solo en nosotros salir de allí.
[quote]Stevie: Mom says TV makes you stupid
Malcolm: No, TV makes you normal[/quote]
Hecha mi declaración de principios, puedo comentar esta que es a mi juiciouna de las mejores series no animadas de nuestro tiempo. Una de las primeras del 2000 que se atrevió a hacer un retrato más que ácido sobre la familia, y sobre la clase media norteamericana (digo reciente porque todos sabemos que el trono es de Married with Children). Lois y Hal (el personaje que interpretó Bryan Cranston antes de Walter White), padres trabajadores que deben mantener a sus cuatro hijos –todos hombres- y que se enteran recientemente de que Malcolm es un genio, y son una pareja que por decir lo menos ponen en “suspenso” todos los valores de esta nueva generación de papás Discovery Kids (estos nuevos padres “ilustrados” preocupados por la alimentación balanceada, la actividad física y el contenido televisivo al que someten a sus hijos), criando a sus hijos con nada más que su (falta de) sentido común.
La serie gira en torno a los problemas del ahora públicamente reconocido genio Malcolm, quien en su cruzada por ser un niño normal no sólo debe lidiar con las clásicas vicisitudes de una high school y con una mamá con quien mantiene una lucha contra el castigo digna del enfrentamiento entre L y Kira, sino que debe agregar el hecho de ser extremadamente inteligente en un ambiente donde la inteligencia es, en sus propias palabras, radioactiva. La trama parece bastante convencional y lo es, el chiste está en el tratamiento, en el humor y en la verosimilitud de la historia porque, aún cuando se trate de una caricatura, lo gracioso está en que podemos relacionarnos con ella (en lo personal, me sentí profundamente identificada en mi formación laica con aquella vez en que el pequeño Dewey pide explicaciones de por qué hay una T en la pared, dicha T era un crucifijo, porque en serio y al igual que él yo no sé nada de Jesús).
Pero lo que más rescato de Malcolm in the Middle es algo que está más allá del humor, y no sé si es por la clase social a la que representa o porque es FOX, pero debemos reconocer que a pesar de la negligencia y lo lejos de ser perfecta de esta familia, existe amor. Lois es, con todo los ripios que se quiera, una madre que ama a sus hijos; la fidelidad que demuestran los hermanos cuando se trata de no delatar al otro es digna de cualquier pelotó; Hal, se nos presenta como ese tipo de papá que es un hijo más pero sabe ponerse los pantalones cuando lo necesita (aunque le cuesta, de eso no hay duda). Figuras que se contraponen a, por ejemplo, Lucille y George Bluth a quienes lisa y llanamente le son indiferentes los problemas de sus hijos (cuestión maravillosamente retratada en la última temporada con el chiste reiterado de “me encantaría hacer algo por ti siempre que hagas algo por mi primero”).
Sea cual sea el caso, es una serie interesante de revisar si es que no han tenido chance de hacerlo, y entretenida de recordar para los que crecimos con ella, con padres trabajadores y hermanos buscaproblemas.
